Al igual que en una curva, para girar en las salidas de la rotonda se debe ocupar el carril derecho y mantener precaución en todo momento con el objetivo de reducir el riesgo de accidentes.
Las rotondas son un tipo especial de intersección vehicular que están diseñadas para facilitar los cruces de caminos y reducir el peligro de accidentes en las ciudades. Se caracterizan porque los tramos que llegan a ellas se comunican a través de un anillo que cuenta con diversas entradas y salidas que rodean un punto central.
Pese a que fueron diseñadas para apoyar la conducción y evitar las colisiones, son muchos los conductores que no conocen el funcionamiento de las rotondas por lo que bien vale saber algunos consejos para transitar por ellas sin riesgos.
Cómo transitar por una rotonda
- La rotonda no es otra cosa que una esquina curva.
- Para girar, al igual que las calles, hay que ocupar el carril derecho.
- El que ocupa el carril interior, no debe acceder a la salida a menos que el carril derecho este sin tránsito.
- Si el conductor del carril interior no tiene el carril derecho desocupado, no puede acceder a la salida, por lo que deberá permanecer dentro de la rotonda una vuelta más o las que sea necesario, hasta que pueda ingresar al carril exterior.
- Si un conductor no tiene claro cuál es la salida correcta, debe mantenerse girando en los carriles interiores, hasta que este seguro de qué salida tomar.
- La velocidad aconsejable para ingresar no debiese superar los 35 kilómetros por hora para evitar cualquier riesgo de colisión con los vehículos que transitan en su interior.
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